No está demás señalar o decir que cuando todo marcha bien, todo se hace bien y todo se siente bien.
La actitud reflejada en el comportamiento profesional de un trabajador tiene que ver con el equilibrio que existe entre el trabajo y la familia.
Cuando las emociones son equilibradas, la producción aumenta.
Cuando las emociones están desequilibradas, afecta notoriamente, el rendimiento en nuestro espacio laboral.
Trabajo y familia ha sido siempre un matrimonio de tira y afloja; encontrar el equilibrio adecuada para esta relación no está exenta de un gran esfuerzo y de una madurez, mental/emocional, y a toda prueba.
El profesional o la profesional debe encontrar el equilibrio adecuado para que los aspectos familiares no sean gatilladores de irresponsabilidades laborales.
De acuerdo a las investigaciones de...