El riesgo inteligente de la empleabilidad
La prudencia es la madre de todas las ciencias del quehacer del ser humano.
Entonces… ¿dónde cabe el riesgo en este proceso de fortalecer la gestión en una empresa? ¿y en la incesante búsqueda de la empleabilidad?
Sabemos que en los rituales tradicionales de la sociedad existe, como conducta predominante, la timidez conductual en las relaciones profesionales; pero en este entorno, ¿cuál es el sentido del riesgo?
El riesgo de por sí conlleva y asume el peligro. Por naturaleza, el ser humano y de acuerdo a las investigaciones tiende a la seguridad y tranquilidad de su entorno que no implique riesgo o peligro en su vida.
La paradoja de este proceso permite utilizar el riesgo para generar un efecto colateral, direccionado a la seguridad, tranquilidad y bienestar de la persona o del profesional. Se asocia además, a la capacidad de utilizarlo inteligentemente para que el riesgo se transforme en un factor sinérgico y resilente en la interacción de las redes que componen el contexto de la persona.
En este sentido, el riesgo se transforma en la palanca que determina y provoca una acción creativa, innovadora y de asombro. El riesgo inteligente se adelanta en sus actos a la masa media y, hace que el profesional o la empresa se posicione de un espacio y de un tiempo que determina, de alguna manera, adelantarse al resto de potenciales contrincantes, en esta larga lucha por salir adelante y triunfar.