Actitud para adaptarse a los cambios de la empleabilidad
No hay nada que hacer ante las transformaciones constantes que han experimentados las empresas y las consecuencias que han producido con vaivenes en la economía a nivel mundial.
Ante este torbellino de cambios, no nos queda más que adaptarnos a las situaciones que se vayan manifestando, sin olvidar las posibles consecuencias nefastas que se derivan de estas transformaciones. Gracias a nuestra capacidad evolutiva de nuestra forma de pensar, podemos identificar y adelantarnos a las modificaciones que del entorno social surgen.
El factor principal para hacer frente a esta dinámica, especialmente, en el ámbito laboral, es tener una actitud positiva. Una actitud que permita desarrollar, estrategias para resolver las dificultades que se presenten.
Pero, la actitud, se manifiesta cuando se ha asimilado una conducta a partir de los conocimientos, aprendidos y comprendidos. Conocimientos que son impactados por las habilidades y destrezas, generando un nuevo saber, un nuevo aprendizaje. Este proceso de formación integral, permite el cambio de conducta en la persona.
La conducta, no surge a partir de actos condicionados carente de reflexión y análisis, es producto de una evolución significativa del pensamiento humano. No son factores lineales ni casuísticos; es una red de infinitas relaciones neuronales que impacta en los aprendizajes, generando nuevos conocimientos y nuevas formas de re-pensar creativamente las posibilidades de resolver lo que en la realidad, se presenta como problema.
El pensamiento convergente y reflexivo motiva en el profesional una actitud y una conducta creativa; hecho fundamental en la actualidad para buscar salidas profesionales con éxito en un entorno como en el que nos encontramos.
¿Aplicamos la teoría de la evolución? O te adaptas a los cambios que van produciéndose,,… o estás perdido!!!
Está claro que ante la situación que tenemos, por ejemplo, de alto desempleo conviene mantener la actitud positiva… pero es muy duro, sobretodo en determinados casos.
Pero como siempre digo: de todo se aprende, y de los errores, las dificultades y problemas más. Así que, como decía aquel: “SIEMPRE POSITIVO, NUNCA NEGATIVO”. :-))))
Fundamental esta actitud para estar en armonía con el mundo profesional,, y también personal.
Muy acertado este artículo!! Saludos
Las circunstancias laborales en las que actualmente nos movemos los seres humanos, ya no solo nuestro país, sino el resto de países que en mayor o menor medida están sufriendo la crisis, algunos han salido de ella, otros como nuestro país sigue todavía en recesión aunque nos quieran vender que estamos saliendo de ella y que en un periodo breve de tiempo todo se estabilizara pero con todos estos pros, el ciudadano que actualmente se ha quedado sin empleo que en muchas ocasiones son personas que se han dedicado a un sector en concreto oda su trayectoria profesional, a día de hoy se ven obligados a evolucionar a otros sectores para poder subsistir, ardua tarea este cambio e importante la actitud del nuevo profesional a enfrentarse a nuevos retos, nuevas formas de trabajo y sobretodo emprender un nuevo camino laboral con la actitud enfocada a conseguir éxito.
Reflexionemos que se avecinan tiempos de cambios y tenemos que estar preparados con actitudes positivas.
En la situación actual que nos ha tocado vivir…tenemos que mantener nuestro «atractivo profesional» y eso pasa por entender que el mercado laboral pide una serie de competencias en sus trabajadores. Además, el éxito profesional está muy relacionado con factores de personalidad y suelen ser diferentes en función del contexto o tipo de empresa. Así, tal como indica el artículo es básico contar con aptitudes del tipo ser positivo e innovador, tener una actitud positiva al trabajo, saber comunicarse y resolver problemas, ser responsable, saber tomar decisiones y tener confianza en sí mismo, entre otras…
Laura
La actitud no es otra cosa que la forma como reaccionamos ante una situación o un problema, y si bien es cierto que hay realidades que no podemos cambiar, que no está en nuestras manos hacerlo y que debemos asumirlas como tales, la forma como reaccionamos a ello hará la diferencia.
Pase lo que pase, este cambio es una oportunidad, personal y profesional, para crecer. Es el momento de revisar los proyectos de vida, las metas a corto, mediano y largo plazos y, ¿por qué no? De redefinirlos. Esta es la ocasión de convertir la dificultad en oportunidad.