¿Se hacen amigos en el trabajo?

Se ha señalado en artículos, blogs, páginas web, publicaciones o en las redes sociales, la importancia de los círculos cercanos o de las relaciones que se establecen, conforman y afianzan, entre los profesionales que comparten un mismo lugar de trabajo dentro de una empresa.

En este sentido, el momento de abandonar una empresa o renunciar a ella es, por lo general, y por decirlo de otra manera, doloroso. No por que debes dejar una fuente laboral (se tendrá sus razones o no al respecto); sino más bien porque al dejar un empleo se pierden, en mayor o menor medida, los vínculos laborales y emocionales que se generan dentro de la misma entre los trabajadores.

Si bien es cierto que, en determinados casos cuando en el entorno laboral se están viviendo situaciones conflictivas entre compañeros, como puede ser situaciones de mobbing, irse y alejarse de compañeros de trabajo es un gran alivio emocional.

Pero, por norma general, y en la mayoría de veces, las relaciones que se entretejen en el ámbito laboral pueden mantenerse fuera de él, aunque ya no se comparta el mismo lugar de trabajo. En este sentido, se van ampliando y afianzando las redes sociales, generando así lazos personales que permiten: crear ideas que en algún momento podrán proyectarse, generar conocimiento que se traduce en aprendizaje, conformar nuevas posibilidades y oportunidades laborales autónomas, etc.

Por tanto, todos podemos llegar a tener en nuestras redes sociales, y no nos referimos solamente a las virtuales sino al conjunto de amigos y conocidos con los que mantenemos contacto habitualmente, a ex-compañeros de empleo con los que tenemos un enlace emocional y de amistad, y que a su vez, conforman una estructura válida para seguir creciendo personal y profesionalmente.

De esta manera, podemos concluir que las relaciones profesionales generadas en el trabajo pueden derivar en una amistad con un lazo, no solo profesional, sino sobre todo emocional, y cuidar este tipo de relaciones es fundamental.